El estrés es cada vez más frecuente entre las personas que nos rodean. Vivimos en una sociedad en la que se impone la rapidez, la impaciencia y la ambición, y en la que todo tiene que estar disponible al momento. Por ejemplo, la gente se sorprende si no respondes al móvil o se altera e irrita cuando no aparece rápidamente una página en internet. Siempre queremos más y nunca es suficiente.
Los síntomas del estrés pueden estar afectando tu salud, aunque no te des cuenta de ello. Quizás pienses que una enfermedad sea la culpable del dolor de cabeza persistente, el insomnio frecuente, el cansancio prolongado el agotamiento en el trabajo… Pero, en realidad, el culpable probablemente sea el estrés.
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